sábado, 31 de agosto de 2019

¿Que evalúo cuando me propongo evaluar?

El título de esta entrada a mi blog me interpela a cuestionarme sobre lo que vengo haciendo al momento de proponerme evaluar a mis estudiantes en su proceso de enseñanza aprendizaje.
Es real que estamos en un sistema educativo que implica una calificación numérica que nos termina encerrando en una metodología de evaluación que puntúa de 1 a 10 sin mayores cuestionamientos ni planteos más profundos que una simple escala. Los profesores terminamos elaborando instancias evaluativas (escritas, orales e incluso en entornos virtuales) donde le otorgamos un puntaje específico a cada ejercicio, pregunta o actividad y ese puntaje debe sumer un total de 10 puntos.


Cuando termine de recorrer este módulo, ese interrogante comenzó a mover estas estructuras y me pareció muy interesante que lo primero que debo preguntarme al momento de proponer una instancia evaluativa es qué quiero evaluar: un contenido, un proceso o un producto final, o una combinación de dos de estos elementos. Una vez claro esto, es importante que organice y planifique la instancia evaluativa considerando:

1. Definir los resultados de aprendizaje deseados
2. Determinar las evidencias que permitan tener conocimiento del alcance de los aprendizajes deseados.
3. Redactar los criterios de evaluación
4. Seleccionar los contenidos
5. Elaborar la propuesta evaluativa 
6. Elaborar la rúbrica o guía de evaluación

Mi mayor desafío será lograr incorporar la instancia evaluativa como un momento más en el proceso de enseñanza aprendizaje que debe estar presente en forma permenente y con un dinamismo que ofrezca a los estudiantes la oportunidad de mejorar y aprender mientras evaluamos. Incluso, la evaluación debe ser acompañda con una retroalimentación clara y precisa que le ofrezca al estudiante esas oportunidades de mejora.
No nos olvidemos que la autoevaluación y la coevaluación son también momentos evaluativos que deben estar cada vez más presentes en entornos virtuales de aprendizaje.

La propuesta de trabajo de diseñar una rúbrica y una guía de evaluación en nuestra aula habilitada de Moddle me resultó de mucha utilidad para mi aula virtual; en ambas oportunidades tomé propuestas de trabajo que había realizado con mis estudiantes (Clase N°4 y clase N° 5) y en ambas oportunidades advertí que la propuesta de trabajo en el aula virtual es clara y los estudiantes suelen estar interesados y motivados para lograr su resolución. Sin embargo, el aujero negro era la evaluación de estas propuestas; ninguna de ellas estaba acompañada de una rúbrica ni de una guía evaluativa que pusiera al estudiante en pleno conocimiento de qué se buscaba con la resolución de la tarea y de qué puntaje y/o niveles de desempeño tenía cada parte de la tarea.

Ahora ya sé qué recorrido hacer para lograr que cada propuesta de trabajo en el aula virtual sea una propuesta viable de ser evaluada con el objetivo de ofrecer una oportunidad de mejora y superación a cada uno de los estudiantes. Este será mi gran desafío.




miércoles, 7 de agosto de 2019

¿Evaluamos o nos evaluamos?

Hola a todos los compañeros que aun seguimos insistiendo en esto de formarnos y cuestionarnos como educadores. Y para terminar con un gran desafío: la evaluación.

En esta oportuinidad nos enfrentamos a uno de los grandes temas dentro del mundo de la educación: la evaluación. Y el interrogante disparador que se me vino a la cabeza fue el que puse en el título de esta entrada al Blog:

¿Evaluamos?
 o mejor dicho ¿Nos evaluamos?

Entiendo que en este primer módulo de la capacitación empezamos por evaluar cómo evaluamos. (parece un trabalenguas). Después de haber leído y transitado la experiencia de elaborar la encuesta, debo reconocer que mi metodología al momentio de evaluar a los estudiantes está en el marco de una evaluación bastante tradicional dentro de un enfoque conductista. En los últimos meses y desde que estamos en esta capacitación, la incorporaciónn de las TIC y sus recursos nos han permitido concrestar experiencias de enseñanza aprendizaje que empiezan a acercarse al enfoque constructivista.
Sin embargo, el camino por recorrer es largo y creo que el desafío es empezar a pensar la evaluación desde el principio de la secuencia didáctica. El planteo de  para qué, qué, quién y  cómo  evaluar debe ser el disparador que acompañe nuestra planificación de enseñanza desde el primer momento.

Con respecto a la experiencia de trabajar en forma colaborativa, me pareció un propuesta innovadora y desafiante porque nos puso frente a la necesidad de establecer una organización grupal donde todas sus integrantes debieron ponerse a trabajar para lograr el producto final que nos solicitaban.
Todas las integrantes de mi grupo demostraron excelente predisposición para el trabajo colaborativo y se aceptaron sugerencias al momento de hacer ajustes y modificaciones. Todas hicieron aportes y colaboraron desde el respeto, la responsabilidad y el buen criterio para poder completar y finalizar la tarea. Me agradó mucho la experiencia. Gracias a mis compañeras de equipo: Irene, Anabel  y Patricia.

El producto final logrado de esta experiencia colaborativa lo podes observar aquí.
Seguimos en contacto, nuevos desafíos nos están esperando.